Artesanía que no se crea ni se destruye, solo se transforma - Carlos Jiménez

Uno de los aspectos que más me seduce de la artesanía es la transmisión de conocimientos, de artesano a artesano, en las que el manejo de herramientas, los aspectos culturales asociados, valores estéticos y funcionales de la pieza, evolucionan con sutiles aportaciones individuales. En mi caso, las balizas transmisoras o fuentes de conocimiento principales son cuatro: María Natividad Cenamor Retana (mi madre, artista polifacética que me introdujo en el mundo de la peineta española a través de sus fascinantes creaciones), el Crochetista Enmascarado (pinchen sobre el hipervínculo para entender por qué), mis grandes amigos, y por último, los tutoriales de youtube. Por supuesto que también hay buenos libros, pero ocurre que la artesanía, como la cocina, solo se aprende ejerciendo, “con las manos en la masa”.

MUNDO DIGITAL Y ANALÓGICO. Las herramientas digitales permiten depurar los procesos de creación artesanal hasta cotas inimaginables de precisión en el desarrollo gráfico del elemento, y en mi caso, me permiten ser más ambicioso narrativamente hablando. La ejecución manual proporciona un baño de humanidad, que imprime aleatoriamente multitud de irregularidades y defectos que provocan que el destinatario ‘empatice’ con la pieza, o mejor dicho, que el destinatario simpatice con el creador a través de la pieza elaborada.

DESTINATARIO. Mis creaciones nacen por encargo, lo que me permite ponerle cara, vida y corazón. Durante las interminables horas dedicadas a la elaboración de cada pieza imagino los diferentes escenarios en los que objeto y acompañante se disfrutarán mutuamente, lo que yo llamo ‘la performance’. Estoy convencido de que todo ese cariño y esfuerzo, todos esos pensamientos, pasan a formar parte de la obra: amor embebido, serrado, bordado y plisado, que poco a poco se desprende generando energía de ida y vuelta entre sujeto y objeto.

‘LA PERFORMANCE’. No elaboro objetos de forma artesanal para  su uso como elementos decorativos. Toda pieza de artesanía que se precie ha sido creada para desempeñar una función, y su condición estética se explica por el puro placer de generar belleza. Por lo tanto, cada elemento alcanza su plenitud cuando se desarrolla la acción a la que está destinado, y junto con el actor se realiza ‘la performance’.

ABRACADABRA. Al acabar la materialización de un objeto ocurre un proceso mágico que le otorga vida propia. Ya no me pertenece, y aunque yo me resisto, el lazo que existe entre él y yo casi desaparece por completo. Claro ejemplo de esto es el proyecto Biografismos, conjunto de peinetas autobiográficas que, aunque nacieron hablando de mí, son ya por derecho propio una colección de manifiestos.

BIOGRAFISMOS. Proyecto de largo recorrido, que consiste en la celebración, bien alto y claro, de acontecimientos, personas y situaciones que han marcado mi vida: mi madre, el despertar sexual (imagen 01), el nacimiento de mi conciencia ecológica (imagen 02), el acceso a la cultura (imagen 03), mis viajes a Inglaterra en plena adolescencia (imagen 04), o la llegada a mi vida de Izaskun Chinchilla (imagen 05), quedan materializados en este soporte otrora dedicado a fijar el velo que ocultaba el rostro femenino en actos asociados a la liturgia católica. La interpretación gráfica de la peineta española, dotándola de carácter narrativo deliberadamente pagano, interpela al que la visualiza a modo de panfleto. Y son, por esos pequeños lazos que me siguen uniendo al objeto-con-vida-propia, un sincero y sentido homenaje a todo aquello que para mí es fundamental.